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El problema

· 5 min de lectura
Pablo Sánchez
Dream Maker @ Mood Robotics

En los ultimos años he tenido el privilegio de poder ayudar a algunos de mis amigos empresarios, personas visionarias y apasionadas que buscaban llevar sus negocios a nuevas alturas, pero que en aquellos momentos les costaba mucho el trasladar su manera de trabajar y su alta eficiencia a sus colaboradores. Juntos, exploramos el potencial de la automatización y la ética empresarial para mejorar sus empresas y hacerlas más sostenibles.

A medida que trabajamos juntos, fuimos implementando estrategias de automatización y robotización en sus negocios, lo que les permitió liberar tiempo y recursos valiosos. Sus negocios empezaron a crecer exponencialmente, ganando relevancia en sus respectivos sectores y obteniendo reconocimiento por su enfoque ético y sostenible.

Sin embargo, el éxito trajo consigo nuevos desafíos. Nuestro enfoque en la automatización generó una demanda creciente, mis amigos y sus equipos directivos se vieron desbordados de trabajo. Me di cuenta de que mi ayuda hasta ese momento había sido solo el primer paso, y ahora debíamos enfrentar juntos un problema más complejo.

Nos reunimos en un lugar tranquilo, donde solíamos encontrar inspiración, para discutir la situación. Fue dificil el sacarlos de la problematica diaria, y la idea de alejarse un pequeño tiempo de sus negocios les generaba una fuerte angustia. Los telefonos no dejaban de vibrar a pesar del diferente uso horario, y habia mas atención a enviar un mensaje que solucionaba un problema, grande seguro, pero puntual. Pero al final conseguimos que compartieran conmigo sus preocupaciones, y a medida que escuchaba sus voces llenas de realidad, me di cuenta de que yo también tenía mucho que aprender. Todos reconocieron que el éxito no era solo mérito de la automatización, sino también del arduo trabajo y dedicación de sus equipos.

A través de la conversación, emergieron valiosas lecciones sobre la importancia de una comunicación abierta y efectiva en el equipo directivo. Aprendimos que el crecimiento de los negocios requería líderes con habilidades de gestión y liderazgo, y que el camino hacia adelante necesitaría ajustes y mejoras.

Yo no era capaz de entender que era lo que faltaba en sus negocios, y por eso no podía ayudarlos. Habiamos conseguido tasas de produccion inimaginadas en sus sectores, y aun asi, no eran capaces de crecer más. ¿Que era lo que faltaba? ¿Que era lo que no podia ver?

Fue unos días mas tarde cuando Valeria, la hija de uno de mis amigos, a la cual le contaba lo ultimo que habia desarrollado con mi equipo en inteligencia artificial, me interrumpio y me dijo: "Pablo, ¿por que no creas un robot que nos ayude a ser mejores lideres?". Lo primero que se me ocurrio fue pensar en que no estaba destinado a eso, sino a usar el calculo para resolver problemas especificos usando incluso el lenguaje natural, pero antes de responder, me di cuenta de que ella tenia razon, y que era lo que faltaba en sus negocios.

En aquel momento, me di cuenta de que el problema no era la automatizacion, sino la falta de liderazgo, pero no tenia ni idea de como desarrollar un robot que permitiera atacar la capa de valor, la de la dirección y no solo la producción. Lo que si tuve claro fue el nombre, Valeria, en honor a la persona que me hizo ver un camino a la solución.

¿Que hacia de un buen lider un buen lider? ¿Que era lo que hacia que un equipo funcionara? ¿Como podia un robot ayudar a un lider a ser mejor lider? ¿Como podia un robot ayudar a un equipo a ser mejor equipo? ¿Como podia un robot ayudar a un negocio a ser mejor negocio?

El problema era complejo, pero queria que la solución fuera simple aunque no sencilla, en honor a Albert Einstein, incluso queria que fuera elegante, y por eso, me puse a trabajar en ello.

La primer aproximación fue el verlo con quienes me habian trasladado el problema, pero cada uno veia una serie de soluciones centradas en sus problematicas puntuales, y no en el problema general. Todos tenian el mismo problema, pero cada uno planteaba soluciones muy especificas, y por eso, no podia ver el problema general, y por eso, no podia ver la solución general. Por eso, busque como hacerlo desde la base, desde el origen, desde el inicio, desde el nacimiento de un lider, y por eso, decidi que la mejor manera de atacar el problema era el hacerlo desde la educación.

Vi como en sus empresas se sucedieron una serie de directores generales, y nuevos equipos de dirección que no eran capaces de llevar a sus empresas a nuevas alturas, y aunque venian otros nuevos con nuevas ideas y energias fracasaron todos en el intento. Y no era que no fueran los adecuados, o que les faltase formación, o que no tuvieran experiencia, sino que yo habia generado una nueva problematica al solucionar la parte de producción tan asequible. No tenian las herramientas adecuadas para ser lideres, y por eso, no podian serlo.

Tenia un problema y un monton de preguntas por responder, "un buen principio", pense, y por eso, busque el lugar y el momento adecuado para empezar a trabajar en ello.

Pero eso es otra historia, y la contare en otro momento.